domingo, 22 de noviembre de 2015

Preámbulo al Quijote




La lluvia le impidió ir de caza, así que decidió gastar la tarde en un viaje por los mundos de la caballería. Encendió el candil. Extrajo del cajón un libro cuya portada rezaba Amadís de Gaula. Al pasar las páginas, una de ellas, altanera, le hizo un corte en el dedo índice. A don Alonso se le envenenó la sangre de literatura.

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