miércoles, 23 de febrero de 2011

Desajustes





Desde el primer día estuve escuchando el uso tan particular que hacía del vocabulario.
—Pues yo soy altruista, lo he aprendido todo solo.
—Autodidacta —le reparé aquella primera vez, comedido, arrepentido al instante de corregir a mi jefe.
—Eso he dicho —concluía él.
Semejantes perlas caían a veces de forma esporádica, otras como el granizo.
—Créete lo que te digo, no seas aséptico.
Acostumbrado después de varios meses, llegué a pensar que habiéndose aprendido el diccionario, quizá por un golpe o una caída, en su cerebro los significados habían quedado separados de las palabras correspondientes.
—No tiene importancia, es irreverente.
Era una explicación estúpida, como el sentido de sus frases.
—Mi vecino Paco es estrambótico, no sé cómo puede ver con los dos ojos que se le juntan.
Mis esfuerzos, entonces, pasaron de corregirlo a evitar la risa.
Puede que ese defecto se le pasara a la vista porque un día cruzó un semáforo en rojo, y le atropellaron. Fui a verle al hospital. Algunos huesos rotos le mantuvieron semanas postrado en aquella cama.
—Hola, Pedro —me saludó con alegría—. Vienes, sin saberlo, a acabar con mi angustia.
—¿Y eso?
—Con tantas horas muertas, y no teniendo otra cosa que hacer que pensar, me encuentro perdido en la disquisición que se resuelve con dos opciones. Mi natural bonhomía, aunque escondida tras una fachada de persona resolutiva, me impide decidirme por una u otra. Siendo la muerte el fin y el destino igualitario para todos ser vivo, cosa que le da un grado de veracidad por la repetición constante, ¿no es la vida, entonces, pura entelequia? ¿Una ilusión de los sentidos? ¿O es la muerte lo irreal?
Sorprendido, la única respuesta que me vino a la cabeza fue: «Lo que un golpe rompiera, parece que otro lo arregló»

2 comentarios:

alma-amater.blogspot.com dijo...

Jaja, cuida a ese amigo. Vale la pena su ficcionario si el índice Interior señala con tal rectitud. Me gustó mucho.
Balbi Mar

P. Conde dijo...

Le perdí de vista hace muchos años. Nuestra relación solo de fue de un jefe y un empleado. Era un tipo curioso... ¡que me sacaba de quicio!